por Mauricio Cruz |
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3 Pero detrás de las rápidas alas y la ingrávida espuma está siempre el mar. Un mar indicado en varios lugares: 1. La misma localidad de Monte Carlo, 2. en la naturaleza de la espuma de afeitar transformada en Aphros, "espuma de mar", y 3. oculta en el insistente trabalenguas moustiques domestiques demi-stock repetido 150 veces en tinta verde(33) como un slogan de 'seguridad' sobre el fondo de la Obligación. Frase casi idéntica a Nous livrons à domicile /des moustiques domestiques /[demi-stock](34) . La cual aparece completa, tres años más tarde, en uno de los discos utilizados para Anemic Cinema(35) : ON DEMANDE DES MOUSTIQUES DOMESTIQUES [DEMI-STOCK] POUR LA CURE D'AZOTE SUR LA CÔTE D'AZUR. Esa "cure d'azote sur la Côte d'Azur", agregada posteriormente, la encontramos también camuflada en el dorso de la Obligación en uno de los estatutos: Art. 1er. -La
Société a pour object:
Referencia que nos lleva necesariamente a la alquimia (fondo metafórico, junto con la ciencia moderna y la psicología, abundante en la exégesis Duchampiana) en donde se habla de tres substancias simbólicas básicas: mercurio, azufre, y sal; las cuales se complementan con una cuarta, el misterioso principio vital llamado Azoth. Este "fuego secreto" o primus agens, "algunos lo ven como electricidad; otros como magnetismo. Los trascendentalistas se refieren a él como la luz astral." Isaac Myer lo llama "el aire primigenio", "las Aguas o el Caótico Mar Cristalino"(37) . Misterioso ingrediente cuya virtud principal consiste en mantener unida la totalidad de la materia física representada en estas tres substancias. Y es esta virtud unificante la que ha hecho que algunos la identifiquen con el "amor incondicional". Especie de pegante genérico cuya poderosa y sutil naturaleza permanece por fuera de todo escrutinio. Existen algunos documentos que permiten suponer que por la época de la Obligación de Monte Carlo Duchamp estaba pasando por un momento particularmente crítico. Y aunque su naturaleza reservada encubra estratégicamente, como siempre, los detalles, hacia el final de su vida, en los sesentas, escribe: "Desde 1923 me considero a mí mismo como un artista 'défroqué'."(38) "De ahí que, después de 1923, -según Jean Clair- vino un tiempo de desilusión y apatía. Duchamp défroqué. Duchamp desocupado. Duchamp el jugador de ajedrez."(39) Katherine Dreier, uno de sus mecenas, consideraba maternalmente que la atmósfera psicológica de un casino de juegos era nociva "para una persona tan sensible como Marcel". Y Breton: "'¿Cómo es posible que un hombre tan inteligente -el hombre más original del siglo según Breton- pueda dedicar su tiempo y energía a semejantes trivialidades?' Buscando una explicación, Breton sólo pudo concluir que todo se debía a algún oculto malestar -lo que él había descrito a Jacques Doucet como el 'desesperado' estado mental de Duchamp".(40) No obstante, en la primavera de 1924, antes de su experimento en Monte Carlo, Duchamp le escribe al mismo Doucet después de haber estado un mes en la Riviera durante un torneo de ajedrez: "El clima me sienta perfectamente, me encantaría vivir acá."(41) ¿Terapia? ¿'Oxigenación' en Monte Carlo? Tal vez el aire encapsulado en la espuma sea de la misma naturaleza que el Air de Paris; su readymade de comienzos de 1920. Originalmente una ampolleta de vidrio llena de suero fisiológico que Marcel hace vaciar en una farmacia parisina sellándola luego para ofrecerla de regalo a los Arensberg a su regreso a New York, traduciendo así los 50cc de aire de Paris en "suero psicológico". Todo esto, el mismo año en que 'nace' Rrose Sélavy.
Identidad problemática que presagia el retrato espumante, anticipadamente triunfal, de Monte Carlo y que nos permite suponer de qué se trata en el fondo esta "explotación del Treinta y Cuarenta y otras minas de la Costa Azul bajo deliberación del Consejo de Administración". Es decir, bajo deliberación de sus dos únicos miembros. Lo que Duchamp llamó en otras ocasiones "un pequeño juego entre Je et Moi". Y a propósito de dualidades, el retrato mercurial, como toda medalla, debe poseer otra cara. La imagen opuesta -a mi modo de ver- no es la bella y radiante cabeza decapitada de Juan el Bautista o la del narcotizado Holofernes, como algunos sugieren, sino la que reposa aterrada por su mismo reflejo sobre el escudo de Perseo: La Medusa, "potencia de la noche y de la muerte" que petrifica a aquel que la mira. Un verdadero mal de ojo; un mal de 'Voilette'. ¿Porqué la Medusa? Por Perseo: "Mercurial, aéreo, Perseo es único en poder conjurar la gravedad de las cosas, la opacidad del caos, el entumecimiento del mundo pesado de Saturno… ahí donde el espíritu, demasiado atado a la tierra, se fija en el espanto de su petrificación."(42) Porque Perseo, como Mercurio, lleva en su casco y en los tobillos las mismas veloces y etéreas alas (43) . Y también, porque en el eje del árbol aquel la serpiente se enrosca como en un Caduceo, símbolo de la medicina [MD] y del poder transformador. Indispensable atributo de Mercurio en donde los dos animales opuestos, el ave y la serpiente, determinan el sentido y la polaridad del proceso: la serpiente como energía material asociada a la espiral ascendente y el ave como forma espiritual, liberada. Relación ilustrada didácticamente en el momento preciso en que Perseo, la cabeza cubierta con el casco alado, exhibe la cabeza cercenada de Medusa sosteniéndola simétrica, espéjicamente, de su enredada cabellera de serpientes.(44) (Fig.15) Por eso no resulta demasiado atrevido suponer que el reverso del autoretrato circular de Monte Carlo - su correspondiente imagen negativa - sea la efectiva imagen de la Medusa pintada por Caravaggio sobre un escudo real a finales del XVI (45) . Pintura para la cual, según dicen, utilizó su propio rostro gesticulando espantosamente ante un espejo. Lo que nos permite proponer, en este punto, la siguiente relación iconográfica: (Figs. 16, 17 & 18)
En esta secuencia, la 'petrificación', la detención o apatía resentida por Duchamp en el período que sigue al Gran Vidrio necesitaría una cierta corriente de aire (courant d'air) que redima anímicamente sus facultades como 'respirador': "Me gusta vivir, respirar, más que trabajar (...) si usted quiere, mi arte podría consistir en vivir: cada segundo, cada respiración es una obra que no se inscribe en ningún lugar, la cual no es ni visual ni cerebral. Una especie de euforia constante."(46) En esta particular circunstancia, la naturaleza y el secreto del elemento eufórico constante no podría encontrarse en la habitual 'nutrición' cultural, es decir, en su re-inscripción a la actividad artística y social, sino en las propiedades atemporales de un escenario simbólico esencial: El mar, y el azar. Las cristalinas, caóticas aguas -efectivamente, una cure d'azote sur la Côte d'Azur. Lugar de inmersión y bautizo en donde el agregado femenino (Afrodita/Rrose) establezca su complicidad mítica natural. Elemento ante el cual la razón y la lógica con toda su ardua intencionalidad se ve obligado a negociar entre los respectivos dominios metafóricos del masculino y combativo ajedrez y la caprichosa indeterminación del azar en la ruleta. El suero, la burbuja de vidrio con su etéreo aire de Paris no vendría a ser entonces otra cosa que un 'azoth' necesario, un orden sensible encarnado libremente en ese alter-ego con nombre de rosa, de flor imbuida en la energía de eros. De ahí que podamos imaginar gráficamente cómo la asfixiante Medusa de Caravaggio incorpora la refulgente virtud del azoth como pócima totalizante. Resultado que puede apreciarse plenamente en el 'camafeo' de Monte Carlo con la cabeza espumante incrustada en el aura solar de la ruleta.
¿La Obligación de un posible?, de un nuevo nacimiento de un Je y un Moi unificados como perla en su concha a partir del Chaotic 'gambling' Sea de Monte Carlo. En todo caso, una martingala secreta, inconsciente, arrojando su apuesta sobre el target moroso de una auto-regeneración imperiosa. Curioso sistema de juego en el cual Duchamp, sin embargo, "nunca gana ni pierde"(47) , en natural condescendencia con aquel punto central, indiferente, del "et-qui-libre"(48) hermafrodita. Por otra parte, la figura sintética del Bond, el instrumento subyacente a todo el proceso terapéutico, no sería otro que el Caduceo (MD!), (Fig. 19) la vara alada con sus dos serpientes retorcidas simétricamente. Objeto asociado - vía Tiresias - con la alternancia sexual masculino/femenino y con el don oracular de la profecía. Su historia, como se verá, resulta a todas luces pertinente:
Vedi Tiresia che mutò sembiante (...) En tiempos más recientes, en 1944, Poulenc adaptó musicalmente la pieza de Apollinaire Les Mamelles de Tiresias (Las Tetas de Tiresias) escrita en 1903. Ambas versiones se apartan del original de manera significativa y burlesca transponiendo en términos domésticos la alternancia hermafrodita del enceguecido vidente. A saber, el problema de un descenso en la tasa de natalidad del pueblo francés gracias a la emancipación feminista de Thérèse/Tirésias, carencia compensada por su esposo quien parió 40.000 niños en un solo día... En todo caso, Poulenc decidió transladar la acción de la pieza de Apollinaire de Zanzibar, una isla sobre la costa este de Africa, a Zanzibar, supuesta población sobre la Riviera francesa en algún lugar entre Niza y Monte Carlo. Todo porque adoraba Monte Carlo y porque "fue allí donde Apollinaire pasó los primeros 15 años de su vida", agregando además que era un lugar "suficientemente tropical para un parisino como yo."(50) Finalmente, Duchamp no logró convertirse en un adicto del juego de ruleta sumergiéndose en cambio, por el resto de sus días, en el sofisticado laberinto infra-leve de las posibilidades estratégicas del ajedrez. Con relación a Monte Carlo, sintetiza su aventura diciendo: "Los artistas a través de la historia son como jugadores en Monte Carlo, en la ciega lotería algunos resultan escogidos mientras que otros terminan arruinados... todo sucede de acuerdo al azar. Los artistas que logran hacerse notar durante su vida son excelentes vendedores lo cual no garantiza para nada la inmortalidad de su obra." Es más, la posteridad es una terrible ramera que engaña a algunos mientras reintegra a otros, reservándose el derecho de cambiar de opinión cada 50 años." Pero tal vez la clave para trascender históricamente sin tener que someterse al mero azar tenga que ver con lo que dice el slogan comercial de una página web: "con Caduceo usted no es un número, usted es un individuo!". (51) En otras palabras, uno tiene que pronunciar Zanzibar! Zanzibar! lo suficientemente rápido, "hasta que las letras terminen confundidas". Notes 33. El color del cero. Único oasis -junto con el paño de la mesa- flanqueado por un 26 negro y un 32 rojo [VOISINS DU ZERO!, vecinos del cero, en argot de ruleta] en una versión numérica de aquella escena indeleble en el imaginario de Occidente. 34. Duchamp, Marcel. Notas (póstumas) #s 227, 234, 249 y 279. 35. Película de 7' realizada en 1926 con la ayuda de Man Ray y Marc Allégret, en donde discos con juegos de palabras de Rrose Sélavy escritos en espiral, alternan con patrones abstractos de Discos Portando Espirales (realizados años atrás) girando hipnóticamente de adentro a afuera. 36. DDS. Sur l’Obligation Monte-Carlo, p.268. 37. www.volcano.net/~azoth/newpage1.htm y http://azothgallery.com/index.htm 38. El sacerdote que cuelga sus hábitos. Por un lado, en el sentido de Laforgue: "La idea de libertad debería ser la de vivir sin ningún hábito (...) toda una existencia sin ningún acto generado o influenciado por hábito alguno. Cada acto un acto en sí mismo." Revue Anarchiste, 1893. Pero también, porqué no, como una incapacidad específica: "L'impossibilité du faire (du fer)." Juego de palabras con el que Duchamp definió alguna vez el 'genio'. Algo entre la imposibilidad de hacer (la incapacidad de continuar una actividad preestablecida) y la dureza o rigidez del hierro; lo que en español ofrece una precisión complementaria, la imposibilidad del yerro, del error. Es decir, una cierta infalibilidad intuitiva. 39. En Jean Clair. Duchamp at the Turn of the Century. Tout-Fait, vol. 1, Issue 3 (December 2000) News <http://www.toutfait.com/issues/issue_3/News/clair/clair.html>. leemos: "En dos apreciaciones, al menos, aparte de este manuscrito, Duchamp explicará su estado como 'défroqué.' La primera, en 1959, a G. H. Hamilton, 'Es cierto que tengo mucho de Cartesiano défroqué –porque me he contentado con el así llamado placer de utilizar el cartesianismo como forma lógica de pensar, muy cercana al pensamiento matemático." (Entrevista con la BBC, en Londres, septiembre 14-22, 1959.) (...) Por segunda vez, en 1966, le confiaba al crítico Pierre Cabanne: 'Hace ya cuarenta años que no toco un pincel o un lápiz, verdaderamente he estado défroqué en el sentido religioso del término...' (Entrevista con Pierre Cabanne, "Je suis un défroqué" in Arts-Loisirs, Paris, no. 35, May 25 -31, 1966, p. 16-17.) 40. Ambas referencias en Tomkins, p.261. 42. Clair, Jean. Méduse. Paris: Éditions Gallimard, 1989. p.93. 43. Para la historia de Perseo ver Lemprière, p.464-466. Es interesante anotar que fue precisamente Mercurio quien le dió a Perseo las sandalias aladas antes de que éste se embarcara en su aventura en pos de la Medusa. El casco alado, que garantiza invisibilidad, fue ofrecido en cambio por Plutón. 44. "El Perseo es un emblema de triunfo. Perseo levanta la cabeza decapitada de la Medusa, la horrenda gorgona cuya mirada convierte a quienes mira en piedra, agarrándola de su cabellera de serpientes. El ingenio del héroe –evitando su mirada petrificante al utilizar su escudo metálico para reflejar su mirada- le permitió vencer lo que parece haber sido una amenaza invencible para la civilización." En Sarah Blake McHam, "Public Sculpture in Renaissance Florence", Looking at Italian Renaissance Sculpture, ed. Sarah Blake McHam. Cambridge, U.K.: Cambridge University Press, 1998, p.169. 45. Para un resumen de la historia y la interpretación de esta pintura ver la entrada en el catálogo de la exposición escrito por Flavio Caroli, L'Anima e il volto. Ritratto e fisiognomica da Leonardo a Bacon. Milan: Electa, 1988, p.182-183. 46. Cabanne, Pierre. Dialogues with Marcel Duchamp. The Documents of 20th-Century Art. New York: Viking Press, 1976. p.72. 47. Duchamp escribe a Picabia desde Monte Carlo: "es de una monotonía deliciosa sin la menor emoción." Y a Doucet: "Estoy comenzando a jugar y la lentitud del progreso ya sea para más o para menos es un test de paciencia. Me mantengo en la igualdad, marcando el paso de una manera inquietante por la dicha paciencia. Pero en fin, hacer eso u otra cosa… No estoy arruinado ni tampoco soy millonario y no seré nunca lo uno ni lo otro." DDS, p.269-270. Y como resume Lebel: "El considera su martingala infalible en este respecto, pero también admite que si uno persevera lo suficiente podría esperar ganar una suma igual a la que ganaría un empleado que trabajase en su oficina tantas horas como el jugador en el casino." Lebel, Robert. Marcel Duchamp. Paris: Le Dossiers Belfond, 1985, p.102. 48. Juego de palabras de Duchamp entre equilibre y et qui libre? (quién es libre?). 50. Max Harrison, Poulenc, Les Mamelles de Tiresias. Le Bal Masqué.(CD brochure) Saito Kinen Orchestra, Seiji Osawa (456 504-2 Philips).
Fig.
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