por Mauricio Cruz
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2 En lugar de los diabólicos cuernos, lo cual inclina de algún modo las interpretaciones hacia la naturaleza de la operación monetaria, el peinado con alas sugiere una interpretación diferente sobre todo si tenemos en cuenta que el hermético Mercurio aparece con el cabello y la barba cubiertos de espuma. Material evanescente, índice de alguna actividad, la espuma es un compuesto de burbujas producidas por un movimiento insistente de batido incorporando aire a un líquido dotado de una cierta densidad (en este caso jabón). Sustancia cargada de múltiples evocaciones sexuales y poéticas. Tal y como lo revela su etimología, ya que espuma, en griego, es Aphros, de donde proviene Afrodita (o Venus) la diosa nacida de la "espuma del mar".(15) Lo que nos suministra una clave importante para descifrar la identidad (16) del insólito retrato a partir de la siguiente ecuación: Hermes + Afrodita = Hermafrodita.(17) (18) representada indirectamente en los atributos de Venus (amor, belleza y pasión sexual), de dos entidades humanas en conflicto: Rrose Sélavy, la viuda que aparece firmando bajo el rombo negro(19) , y Marcel Duchamp, el soltero inveterado que firma simplemente como "Administrador" bajo el rojo ancestral(20) .La estructura de esta Obligación nos muestra claramente la duplicidad involucrada en los nombres y los colores que corresponden a cada uno de los rombos, así como la eventual convergencia en la figura central del hermafrodita como tercer elemento. En cada giro de la rueda, el rojo y el negro pierden, por velocidad, su identidad específica fundiéndose en lo que - en términos de Duchamp - podríamos llamar un gris de verticalité: "...a medida que todos los ejes desaparecen en gris de verticalidad, el frente y la espalda, el reverso y el anverso adoptan una significación circular..."(21) Análogamente, la ruleta no sólo continúa en otro formato, en otro nivel topológico, la especulación inter-dimensional atribuida a su Rueda de Bicicleta de 1913(22) y la experimentación perceptual de sus dispositivos ópticos relacionados con los Testigos Oculistas en la región inferior del Gran Vidrio, sino que incorpora la indeterminación del azar característica del juego de ruleta como un elemento necesario. De este modo, relativiza la dualidad narcisista en la historia del Vidrio con un tercer elemento: el andrógino. Opción a la pareja incompleta de una viuda fresca (Fresh Widow) y un soltero indomable. Refiriéndose al principio general del efecto ilusorio de sus espirales giratorias, Duchamp escribió: "Sólo tengo que utilizar dos circunferencias -excéntricas- y hacerlas girar sobre un tercer centro." (Fig. 9) Para visualizar el efecto simbólico de esta curiosa disolvencia, basta imaginar un desplazamiento del punto de vista frontal sobre una imagen arquetípica, digamos la xilografía del Adán y Eva (Fig. 10) de Durero. Si en lugar de mirarla de frente nos ubicamos arriba como quien observa la escena a vuelo de pájaro, en perspectiva de ruleta, podemos darnos cuenta que el eje vertical, la bisagra natural representada por el árbol, así como Adán y Eva (Marcel/Rrose; rojo/negro) se han transformado en tres puntos alineados sobre un plano. Ahora, si imaginamos el Paraíso circular como en algunas representaciones antiguas (Fig. 11) y hacemos girar velozmente a nuestros primeros padres (re-péres: referencias) alrededor del punto central, habrá un momento en que la posición tradicional, Adán a la izquierda Eva a la derecha, desaparece. Ya no podemos llamarlos izquierda y derecha de algo puesto que se encuentran simultáneamente -como en la Diligencia Innumerable de Pawlowski(23) - en todos los lugares al tiempo. La diferencia, mientras dura la ubicuidad de la velocidad instantánea ha sido, por así decirlo, reconciliada. Velocidad y movimiento, factores estratégicos de primer orden en las situaciones de emergencia sicológica a lo largo de la vida de Duchamp(24) . Su obsesión con la síntesis de los contrarios(25) se manifiesta también en el montaje de la cabeza con relación al círculo de la ruleta que, en el fondo, cuestión de perspectiva, no es otra cosa que una diana o un target.(Fig. 12) La coincidencia del ojo derecho con el centro de la rueda ("Físicamente - el ojo es el sentido de la perspectiva"(26)), anula, en principio, la distancia entre el observador y su objetivo, entre el self y el mundo, ya que estructuralmente el sistema de la perspectiva consiste en la identidad recíproca entre el punto de vista y el punto de fuga. Al superponer el ojo derecho con el centro de la ruleta, Duchamp convoca no sólo su intención de acertar en la predicción en que consiste la apuesta, sino que ilustra puntualmente el principio unitario de la conciliación(27) . Jarry, a propósito del insólito idioma de Bosse-de-Nage su personaje en Opiniones y Proezas del Doctor Faustroll que sólo decía "HA HA", se refiere a la fórmula del principio de identidad: "A Thing is Itself". "Pronunciadas suficientemente rápido, hasta que las letras se confundan, son la idea de unidad", así como "pronunciadas lentamente, son la idea de la dualidad, del eco, de la distancia, de la simetría, del tamaño y de la duración, de los dos principios de lo bueno y lo malo."(28) Por otro lado, la diferencia, digamos relacional, entre el Gran Vidrio y el Bono de Monte Carlo, estaría en que en el primero la separación es externa (solteros buscando pareja) mientras que en el segundo es interna (la incorporación de Rrose Sélavy por 'infusión' hermafrodita) proyectando la diana, el objetivo, sobre sí mismo. De ahí que la estrategia de la imagen enjabonada, la fotografía que identifica el Monte Carlo Bond, se inscriba en el juego preciso de las identidades ofrecidas como forma de escape, o compensación renovada, a un artista claramente agobiado por su intensa inmersión a lo largo de los últimos ocho años en las complejidades y contradicciones del drama en que consiste el Gran Vidrio: La Novia arriba(29) , los Solteros abajo, y la dificultad de concertar esas dos dimensiones a partir de uno de los últimos dispositivos en proceso, el de los Testigos Oculistas. Aparato óptico cuyo propósito no es otro que ayudar a superar el umbral de un horizonte prácticamente insalvable entre Novia y Solteros, en cuanto deja en suspenso el acto de consumación(30) . Por algo Duchamp dejó en ese punto "definitivamente inacabado" el Gran Vidrio; como queda indicado en el adverbio final del nombre completo de su obra central: La Novia puesta al desnudo por sus Solteros, aún. Literalmente, entonces, el Monte Carlo Bond sería el lazo de unión, el 'bond' entre entidades atávicas opuestas representadas por los colores tradicionales de la ruleta. Dualidad ejemplarmente fragmentada en 37 números diseminados en el vértigo oracular de la ruleta(31) anulando ópticamente, por "indiferencia", la separación abismal en un paraíso andrógino instantáneo. Por los años cincuenta, hablando de la relación entre el ajedrez y la ruleta, Duchamp le dice a Arturo Schwarz que ambos juegos involucran "una lucha entre dos seres humanos" los cuales intenta reconciliar "haciendo de la ruleta un juego más cerebral y del ajedrez más un juego de azar". Y en 1968, último año de su vida, en una conversación con Lanier Graham, puntualiza: "El símbolo es universal. El Andrógino está por encima de la filosofía. Si uno se ha convertido en el Andrógino la filosofía ya no es necesaria."(32) >>Next
Notes
Fig.
8-9, 12 |